miércoles, 7 de abril de 2010

Ingenio para lograr una plaza escolar


MILAGROS ASENJO MADRID

España entera se encuentra inmersa en el proceso de admisión de alumnos en los centros escolares sostenidos con fondos públicos (privados y concertados) para el próximo curso (2010-11). Se trata de un trámite ante el que las familias se muestran especialmente sensibles, ya que en él se dirime el logro de una plaza en el centro donde quieren escolarizar a sus hijos. Los centros concertados no pueden atender la demanda y los públicos bilingües están entre los más demandados.
El desequilibrio, que se advierte sobre todo en las grandes ciudades, obliga a las administraciones educativas (todas las comunidades tienen plenas competencias en materia de enseñanza) a aplicar unos baremos sobre criterios previamente establecidos para atender las solicitudes de acuerdo con la puntuación obtenida. Y en no pocas ocasiones, este proceso se convierte en un laberinto que lleva a los padres a aguzar el ingenio y hasta a recurrir a la picaresca con métodos inimaginables.

Criterios y baremos

La LOE regula la admisión de alumnos y en el punto 2 del artículo 84 establece: «Cuando no existan plazas suficientes, el proceso de admisión se regirá por los criterios prioritarios de existencia de hermanos matriculados en el centro, o padres o tutores legales que trabajen en el mismo, proximidad del domicilio o del lugar de trabajo de alguno de sus padres o tutores legales, rentas anuales de la unidad familiar, atendiendo a las especificidades que para su cálculo se aplican a las familias numerosas, y concurrencia de discapacidad en el alumno o en alguno de sus padres o hermanos, sin que ninguno de ellos tenga carácter excluyente...». En la enseñanza posobligatoria (Bachillerato y FP), la ley obliga a «atender» el expediente académico del alumno, siempre que falten plazas. Las autonomías pueden añadir otros criterios secundarios así como establecer la fórmula de desempate.

La puntuación que se otorga a cada uno de los criterios no es homogénea y cada comunidad puede aplicar la puntuación que desee, siempre ateniéndose a la ley. De acuerdo con las normas aplicadas para optar a las plazas, ¿qué trucos se han detectado?
Depende del tipo de criterios que se apliquen y de los puntos que se otorgue a cada uno de ellos en la baremación. Así, por ejemplo, en la búsqueda del puntos por cercanía del domicilio al colegio, las estratagemas van desde alquilar una casa en el área de influencia hasta empadronar a los niños en el domicilio de los abuelos u otros familiares o amigos.

«Familias de acogida»

Las administraciones bloquean las eventuales «trampas» domiciliarias o económicas controlando el padrón municipal o requiriendo de la Agencia Tributaria los datos de los contribuyentes, siempre que estos acepten la medida a la hora de formalizar la preinscripción. En algunos casos, aparecen «familias de acogida». Sobre las enfermedades digestivas (admitidas por alguna comunidad como factor de puntuación) se ha optado por pedir el certificado de un especialista, ante el creciente número de casos presentados con el aval de un médico sin esa acreditación. En aquellos casos en que se equiparan las familias monoparentales a las numerosas «crecen» las separaciones

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